Los niños están viviendo una situación psicológica sin precedentes. Cuando ellos van creciendo, nosotros les damos la seguridad de que sabemos lo que hay que hacer, les explicamos y anticipamos como deben ser sus aprendizajes, tenemos experiencia en ello.
Ahora todos estamos “en pañales” a todos nos faltan respuestas y no sabemos cómo debemos vivir en los próximos meses.
Esto para los niños es desconcertante porque se pone en riesgo su sentimiento de seguridad, algo vital para crecer tranquilo y feliz. Debemos estar atentos, debemos encontrar el equilibrio entre hacerles sentir seguros y que sean conscientes del peligro para poder protegerse de él,
que en este caso es un virus. También hay que tratar de evitar la sobreprotección, algo que genera en sí mismo un sentimiento de inseguridad e incapacidad.
Debemos explicarles la situación, generar un tabú solo empeora las cosas, hay que adaptar las palabras y la dureza de lo que se les transmite. Los niños deben comprender y aprender un nuevo modo de vivir fuera y dentro de casa.
Debemos asegurarnos de hablarles y PREPARARLES para las nuevas salidas. Muchos de ellos estarán pensando en salir a jugar y ver a sus amigos, “SALIR”, en su mente se asocia a la cercanía y juegos que compartían siempre, y eso también hay que hablarlo con ellos y ayudarles a crear un nuevo concepto de “SALIR”.
Los niños llevan mucho tiempo aprendiendo cosas que ahora no sirven: las reglas de sus juegos, su fila, la asamblea, trabajos en equipo… ahora todo eso debe quedarse guardado en un cajón para empezar a aprender un nuevo modo de relacionarnos, sin pasarnos la pelota, sin cambiar cromos, y sin poder pasar ratos mágicos abrazando a los amigos. Ahora toca hacerlo con distancia, es un gran cambio pero debemos empezar a adaptar las formas de salir, entretenernos y porque no, ¡divertirnos!
LA OCULTACIÓN DE LA REALIDAD NO ES LA SOLUCIÓN, DEBEMOS TRANSMITIRLES UN MENSAJE CLARO PERO ADAPTADO
Pero no todos los niños están deseando salir, algunos viven con angustia el contacto con el exterior. Debemos comprenderles, acompañarles en este momento sin ridiculizar sus miedos.
Si este es vuestro caso os recomiendo que escuchéis sus sentimientos, que se sientan comprendidos y que no les forcéis.
Llevan meses escuchando lo grave que es la situación, aunque les hayamos intentado proteger de la dureza de ciertas informaciones, la realidad es que no han podido hacer vida normal, ni acudir al colegio ni volver a ver a sus amigos y familiares, algo que nunca había pasado, así que
evidentemente entienden que la situación es tan grave como para encerrarse. Además por desgracia, muchas familias están viviendo el duelo de cerca, con la dificultad que conlleva en esta excepcional situación. Rodeados de estas circunstancias les decimos que pueden volver a salir, ¡fuera, donde está el virus!, a la mayoría de los niños no les supone un problema, pero puede que a otros si y lo vivan con angustia y ansiedad.
Podéis ayudarles a hacer su Disfraz de seguridad, si ellos lo necesitan, dejarles sentirse seguros en un entorno en el que hay incertidumbre, miedo y angustia entre los adultos. Dejarles perder ese miedo poco a poco y transformarlo en un recurso, un aprendizaje de un nuevo
modo de vivir pudiendo estar tranquilo mientras aprenden a protegerse del coronavirus.
Para las primeras salidas podemos ponerles todos los “escudos protectores” que se les ocurran, además de guantes, mascarilla, si lo necesitan pueden ponerse una gorra, botas o lo que se os ocurra para que se sientan a salvo. Serán solo unos días todo irá calmándose en su
interior, podréis avanzar, pero ahora necesitan sentir SEGURIDAD.
Os recomiendo que os note tranquilos, seguros, recordar que cuando un niño tiene miedo puede calmarse tan solo por la presencia serena de un adulto, que le informa de que no hay nada que temer. Vuestro rol es muy importante.
Hay que enseñarle la diferencia entre la precaución y el miedo, explicarles con palabras que cosas deben hacer para protegerse, cuáles son sus escudos, y que sepan que si los usan ya no es necesario sentir miedo, ya están protegidos.
Activo mis escudos:
- Mascarilla, como un buen superhéroe
- Burbuja de poderes, A dos metros de distancia
- Guantes anti-cara no se pueden tocar
- Botas voladoras, mis pies no tocan el suelo
- Jabón fulminante de coronavirus
Intentar hacerlo de modo creativo, divertido, pintar en los guantes, en la mascarilla, jugar a que si se acercan a menos de dos metros pueden absorber tus poderes y por eso tienes que tratar de mantener la distancia. No olvidéis que son niños y que necesitan el juego como modo de aprendizaje, protegerse es un aprendizaje.
El miedo es algo biológico para lo que venimos predeterminados, es muy adaptativo, nos salva, nos protege, pero hay que ver cuando se está convirtiendo en un impedimento en vez de en un salvamento. Ahí es donde se puede necesitar ayuda psicológica, de ser así estaremos encantados de ayudarte.
Marta Pajares Cava de Llano
Psicóloga de Baby Suite
Col. M-21177
Hola a todos y todas. Soy Paula Camarós, matrona, mami de dos peques y fundadora de Baby Suite.
Me formé en Reino Unido, donde ejercí para el sistema público de sanidad 6 años. Estos años en un país pionero en parto respetado me ayudaron a conocer “otra maternidad”. Acompañar a cientos de familias y poder ser parte de su historia ayudándoles a traer al mundo a su bebé, en un entorno respetado y humanizado fue mi motivación para abrir en Febrero del 2017 mi centro para la maternidad. Creo firmemente en el trabajo de un equipo multidisciplinar, y defiendo y promuevo la práctica basada en evidencia.
