La Oxitocina: La Hormona Clave en el Embarazo y Parto

La oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, juega un papel fundamental durante el embarazo y el parto. Esta hormona, producida principalmente en el hipotálamo y liberada por la glándula pituitaria, tiene un impacto profundo en las emociones, el vínculo afectivo y, sobre todo, en los procesos fisiológicos relacionados con la maternidad.


Durante el Embarazo
Aunque los niveles de oxitocina en la sangre aumentan gradualmente a lo largo del embarazo, su impacto más significativo ocurre en las últimas etapas. A medida que el embarazo avanza, la oxitocina comienza a preparar el cuerpo de la madre para el nacimiento, ayudando a sensibilizar el útero para las contracciones que vendrán durante el parto.

El Papel en el Parto
La oxitocina es una hormona esencial durante el parto. Se le conoce por desencadenar las contracciones uterinas que ayudan a dilatar el cuello uterino y facilitan el paso del bebé a través del canal de parto. De hecho, en algunos partos médicos, se utiliza oxitocina sintética para inducir o acelerar el trabajo de parto.

La hormona no solo actúa en el útero, sino que también influye en el cerebro de la madre, promoviendo un estado de calma, afecto y cercanía con su bebé. Esta sensación de conexión profunda con el recién nacido es crucial para el establecimiento del vínculo materno.

Postparto y Lactancia
Después del nacimiento, la oxitocina continúa siendo vital. Al amamantar, el bebé estimula los pezones, lo que provoca la liberación de oxitocina en la madre. Esto desencadena la “bajada de leche”, un proceso en el cual la leche fluye hacia los conductos mamarios, permitiendo al bebé alimentarse. Además, esta hormona ayuda a que el útero vuelva a su tamaño original, reduciendo el sangrado postparto.


Conexión y Bienestar Emocional
La oxitocina no solo tiene efectos físicos, sino también emocionales. Durante y después del parto, la liberación de esta hormona promueve sentimientos de amor, bienestar y tranquilidad. Favorece el vínculo entre madre e hijo y reduce el riesgo de depresión postparto.

En resumen, la oxitocina es la “hormona del amor” por una razón. No solo facilita el nacimiento del bebé, sino que también crea lazos emocionales fuertes y duraderos, asegurando que madre e hijo inicien su relación con una profunda conexión.

Emilia Picazo
Comunicación, Marketing y Creación de Contenido de Baby Suite. 

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